La perplejidad es un estado de ánimo latente a la persona que ha buscado las ultimidades del modo preguntativo, limitándose a un modo de conocer conceptual. Es decir que al hacer uso de este método el resultado es un estado de ánimo que conduce a una parálisis del pensamiento, a la parálisis escéptica.
De tal forma que todo el pensamiento moderno que no es sino otra cosa que un tratar de justificar las ultimidades de una manera objetiva, es un duro camino y un poderoso ejercicio que conduce a la perplejidad. (¿Al hábito de la perplejidad?)
De tal manera que todo aquel que se introduzca por el camino del criticismo, de la justificación del origen o del final o por ultimo el de instalarse en el preguntar termina como absorbido por la perplejidad. Un estado de ánimo afectivo de angustia, de sentirse sin piso, de falta de referencias, de no saber a que atenerse(objetivamente) como cuando se quiere cruzar un río sin cruzarlo y no se sabe que hacer, no se conoce lo que está mas allá y eso produce angustia, miedo.
La exacerbación del método de la duda, del preguntar, conduce a la exacerbación del estado de ánimo perplejidad.
Este estado de ánimo es muy peligroso, dañino. Entonces un intento de salir de él y de superarlo es muy valioso, demasiado valioso.
Ahora bien el otro lado es un estado de ánimo no perplejo y lo no perplejo es paz, tranquilidad de ánimo, confianza, apertura, saber.
Y esto se logra ejercitando otra forma de acercarse a las ultimidades. Usando otra técnica otro método, que no produzca la perplejidad.
Esto tiene alcances pedagógicos de primera importancia, porque se puede conducir al hombre a las ultimidades y le abre a lo irrestricto del saber y del ser. ( y de la fe)
La perplejidad es un no poder seguir frente a la ultimidad. Te anula, te coge, te atrapa y no te deja salir, avanzar. La perplejidad es muy dañina, peligrosa, asfixiante, anulante, parálisis escéptica, caldo de cultivo para el relativismo, para el voluntarismo, para el sensismo, para el idealismo, para el agnosticismo, para el cientificismo. Es un grave problema.
Por eso “El acceso al ser” es genial, es un camino para abandonar la perplejidad. Por eso también la FIDES et Ratio es Genial, es un camino para dejar la perplejidad. La perplejidad conduce a la nausea, a la angustia, a un estado de ánimo cerrado, limitado, sin horizonte y por ende a un saber limitado que incrementa no el saber sino ese estado de ánimo.
Y cuando la voluntad trata de romper ese estado el fruto es el agnosticismo, cuando no el ateismo.
No se puede hacer metafísica objetualizando, sin embargo todos esos tratados escritos se transmiten a través de conceptos es decir de objetos pensados por lo tanto por lo menos el resultado del pensar metafísicamente es objeto aunque el proseguir no lo sea.
Podríamos decir que lo pensado objetivamente es ontología y lo conocido habitualmente es metafísica.
Como el conocimiento objetual no me da más realidad y parto del supuesto que el único conocimiento es el objetual entonces la conclusión es que mi concepto es la realidad.
La integración de saberes desde una actitud objetualista es imposible. Falta uno, el más importante la instancia metafísica. No se puede integrar desde abajo hay que hacerlo desde lo superior.
La explicación que hace el Dr. Polo en el acceso al ser no es objetualista. Pero ¿hablar de un método de acceso al ser no es objetual?
El abandono del limite mental no puede ser un acto voluntario debe ser intelectivo. De lo contrario la inteligencia no va a estar satisfecha y la perplejidad va a estar latente.
El habito de la atenencia. Es el que hay que desterrar.
¿Quiénes son los filósofos que desde una postura realista sostienen la reflexividad como método para dar razón del conocer. Y como se manifiesta en ellos la perplejidad?
Saber es no entrar en la perplejidad
Saber es no estar perplejo
Saber no es salir de la perplejidad
¿Dr. Polo Ud. ha estado perplejo?
¿Dr. Selles Ud. ha estado perplejo?
¿Don Ignacio Ud. ha estado perplejo?
Cuando la búsqueda metafísica se hace utilizando la presencia mental sucede lo siguiente. Al buscador le parece que su trabajo es como buscar un gato negro en una noche oscura donde no está el gato y encontrarlo (o decir que lo ha encontrado). Es una búsqueda que parece inútil. Y que es inútil, y al final (Y el final es por cansancio o por decisión, no por luz) de ella hay que engañarse (cuando se es realista y suponer que se ha encontrado al gato). Y el problema está en el buscador, su instrumento no es el adecuado.
La perplejidad es un mal endémico. Muy malo.